La campaña de cosecha de soja de esta temporada fue especialmente desafiante en el centro y norte de la región pampeana, debido a las condiciones climáticas que resultaron en una disminución de los rendimientos y problemas de calidad. Se observó una alta cantidad de granos y vainas verdes, los cuales pueden generar dificultades durante la conservación y el procesamiento del grano.
Efectos del estrés hídrico y térmico en los cultivos de soja
Muchos cultivos de soja se vieron afectados por condiciones de estrés hídrico y térmico, lo que resultó en plantas de baja altura y con poca inserción de vainas. Debido al impacto severo en la fase final del cultivo, se produjeron granos abortados (tegumento o cáscara solamente), granos con llenado interrumpido (granos pequeños lenticulares, también conocidos como sojilla) y granos con coloración verde. El grano verde conserva clorofila (pigmento verde) que no se degradó por completo antes de la cosecha.
Dilema en la cosecha
Estas condiciones de cultivo plantean un dilema durante la cosecha, ya que maximizar el volumen cosechado puede disminuir la calidad del grano obtenido. Por un lado, al acceder a las vainas inferiores con la plataforma de la cosechadora, existe el riesgo de que ingrese suciedad o tierra junto con el grano debido a la proximidad de la plataforma al suelo. Además, dado el tamaño desigual de los granos, es común configurar la cosechadora para minimizar las pérdidas de granos pequeños, como la sojilla (por ejemplo, reduciendo el caudal de aire del sistema de ventilación). En este contexto, es frecuente encontrar partidas con una alta cantidad de vainas y material fino, incluyendo granos y vainas verdes, mezclados con la mercadería.
Complejidades del manejo poscosecha
Estas fracciones (granos verdes, material fino y vainas) complican el manejo poscosecha y son indeseables para la industrialización. Especialmente, los granos verdes presentan dificultades al separarlos del resto del grano y pueden causar el teñido de los aceites debido a la clorofila. En el manejo poscosecha, es importante distinguir al menos dos tipos de granos verdes: aquellos que logran secarse en la planta pero aún conservan una tonalidad verde amarillenta, que son poco deseables pero no representan un riesgo para la conservación; y los granos verdes e inmaduros (con alta humedad) al momento de la cosecha, los cuales representan un riesgo para el almacenamiento.
Recomendaciones de manejo
Muestreo previo al almacenaje
Un muestreo minucioso es crucial para caracterizar correctamente las diferentes fracciones y, especialmente, la cantidad de material no grano (vainas, tallos, tierra, etc.). Sin embargo, el tamaño y la forma de las vainas dificultan su ingreso a los caladores manuales y neumáticos, lo que puede llevar a subestimar su presencia.
Por otro lado, el material fino tiende a concentrarse en la parte inferior de la carga, por lo que se debe tener precaución al acceder a ese estrato durante el muestreo. Se recomienda realizar muestreos adicionales, como el “boquilleo de los camiones”, y tomar muestras de la mercadería en movimiento, como en una noria. Durante la cosecha, una opción es obtener muestras en el flujo de descarga de la tolva. Es importante asegurarse de que el muestreo represente tanto el centro como la periferia del flujo de granos.
Durante la medición de humedad, es necesario tener en cuenta que los humedímetros proporcionan un promedio de la humedad de los diferentes granos que componen una muestra. Por lo tanto, es posible tener dos lotes de granos con la misma humedad promedio, pero con una amplia dispersión de humedad en los granos individuales en uno de ellos. Este último caso representa un mayor riesgo de deterioro. Dado que el material verde contribuye a esta dispersión de humedad en los granos individuales, se debe considerar almacenar las partidas con alta proporción de grano verde a humedades más bajas que las recomendadas para un almacenamiento seguro (menor al 13,5%).
Destino de almacenaje
Si se cuenta con instalaciones apropiadas, se recomienda realizar una pre-limpieza utilizando zarandas y ciclones. Esto puede ralentizar el flujo de granos y generar una pérdida de peso debido a la eliminación de material, incluyendo granos pequeños y livianos. Sin embargo, estas acciones contribuirán significativamente a minimizar los riesgos durante el almacenamiento. En caso de no realizar esta tarea, se debe tener en cuenta que el manejo posterior del grano será más complejo.
Otra práctica recomendada antes del almacenamiento es secar el grano utilizando secadoras de alta temperatura. Sin embargo, si la mercadería no ha sido pre-limpiada y presenta una cantidad importante de vainas, aumenta el riesgo de obstrucción en la secadora, lo que incrementa el peligro de incendios, especialmente en ciertos tipos de secadoras, como las de caballetes.
Llenado del silo/celda
Durante el proceso de llenado de un silo o celda con granos, suele haber una estratificación de las diferentes fracciones en el granel. El material fino tiende a concentrarse en el centro del flujo de carga, mientras que el material más liviano, como las vainas y los tallos, se desplaza hacia la periferia. En estas fracciones concentradas hay una mayor actividad biológica y, por lo tanto, un mayor riesgo de deterioro en comparación con el resto del granel. Esto plantea un escenario inicial complicado, por lo que es importante estar atento para evitar que se comprometa la conservación de toda la mercadería. En algunos casos, se puede manejar el grano después del llenado para reducir este problema. Por ejemplo, en los silos de carga central, es posible eliminar una pequeña fracción de la mercadería (1-3%) para eliminar el material fino concentrado. Esta práctica, conocida como “descorazonado”, puede ser una alternativa si no se ha realizado una pre-limpieza previa al llenado. Además
de reducir una porción de la mercadería más susceptible al deterioro, el descorazonado también puede mejorar el flujo de aire en esa zona si se dispone de un sistema de aireación, lo que ayuda a reducir los tiempos de esta operación.
Almacenamiento
Cuando se trata de estructuras de almacenamiento donde no es posible ajustar la humedad de la mercadería, como los silos bolsa o los silos sin sistema de aireación, el período de almacenamiento debe ser breve, de unos pocos meses, y requiere un monitoreo constante. En comparación, los silos bolsa (si no presentan roturas) tienen ciertas ventajas en relación con las estructuras fijas sin aireación, ya que en estas últimas es más probable que el material se caliente por sí solo, acelerando el ritmo de deterioro.
Idealmente, se debe almacenar este tipo de mercadería en sistemas que cuenten con aireación. La aireación implica la circulación forzada de aire externo a través del granel utilizando ventiladores, lo que permite mantener la temperatura del grano dentro de parámetros adecuados para su conservación. Si se utiliza correctamente, la aireación puede mantener la mercadería fresca y, en ciertos casos, incluso lograr un secado gradual del grano. Sin embargo, es importante tener en cuenta que los sistemas de aireación generalmente no están diseñados para secar la mercadería. Por lo tanto, es crucial conocer las capacidades de aireación de las diferentes estructuras de almacenamiento disponibles y utilizar las que estén dimensionadas de manera adecuada (mayor caudal de aire) para el manejo de mercadería más complicada, como la soja con granos verdes.
En resumen, el manejo adecuado de la soja con granos verdes en la etapa poscosecha requiere un muestreo minucioso previo al almacenaje, distinguiendo los diferentes tipos de grano verde y el material no grano. Además, se deben considerar prácticas como la pre-limpieza, el secado del grano, el manejo del llenado del silo/celda y la elección de estructuras de almacenamiento con sistemas de aireación. Estas recomendaciones contribuirán a minimizar los riesgos asociados con la conservación y el procesamiento de la soja afectada por granos verdes, garantizando la calidad y la seguridad de la mercadería.
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